Mis amigos, mis tesoros.
Conforme
pasan los años, te vas dando cuenta de que hay amigos que no lo son para
siempre. Las personas suelen cambiar, y a veces, esos cambios suelen significar
el fin de una amistad.
Una de
las cosas que más me entristecen, es el ver pasar a una persona que tiempo
atrás fue una gran amiga. Lo positivo, es que los recuerdos son algo que están
ahí y son imborrables. Las risas que nos echamos, las peleas, las bromas, la
complicidad…todo eso no se va, sigue ahí. Los recuerdos son imborrables.
Es por
ello que creo que hay amistades de todas las variedades: amistades eternas,
efímeras, de colegio, de instituto, de universidad, de verano, de viajes, de
fiestas…. Todas ellas tienen algo en común: los buenos momentos que te han
hecho disfrutar, y que al final, serán los que quedarán impregnados en tu
corazón. Porque si una amistad no te ha traído ni un solo momento de júbilo,
significa que no era una amistad como tal, y que lo mejor que deberías hacer es
separar tu camino del de esa persona.
Las
amistades efímeras no tiene por qué ser menos importantes que las amistades que
duran toda la vida. Se suelen tener amigos según gustos o necesidades. Quizás
en el instituto, te iba más una amiga loca y fiestera. Pero con el paso de los
años, te das cuenta de que buscas algo más. Una amistad más sólida y duradera.
Es decir, una amistad madura.
El tiempo
y la distancia no son los mejores amigos compañeros. Por eso, aquella amistad
que sobrevive a estos factores, es la que realmente merece la pena conservar.
Un amigo
es aquella persona que está en las buenas y en las malas. Es esa persona que
cuando sabe que estás triste o deprimido, mueve cielo y tierra para alegrarte y
mostrarte lo bueno de la vida. Es esa persona que disfruta con tus anécdotas y
bromas tontas, aquella persona a la que no le importa soportar tus tonterías y
siempre está dispuesta a oírte. Sobre todo, es la persona que no tiene reparos
en decirte la verdad, aunque su sinceridad duela. Si ese vestido te queda mal,
haz caso a tu amigo y asúmelo.
El buen
amigo es aquel que se muda lejos y aún así pinta horas al reloj para encontrar
tiempo para preguntarte como te va todo. Es aquel a quién le dejas un libro y
de lo devuelve en cuanto se lo lee.
Sabes que
tienes un gran amigo, cuando el tiempo pasa volando haciendo las cosas más
cotidianas y normales que puedas imaginar. Es decir, hagas lo que hagas,
siempre que estés con esa persona, te diviertes.
Estoy de
acuerdo con Albert Espinosa en su obra "Si tú me dices ven lo dejo todo,
pero dime ven". Hay personas que son perlas, es decir, personas a las que
estás destinado a conocer en un momento concreto de tu vida, las cuales te
aportan algo positivo. Me siento muy orgullosa de tener varias
"perlas" en mi vida, y espero que siga siendo así durante mucho
tiempo.
Al fin y
al cabo, la vida es un tren que pasa a una velocidad aterradora. Por ello, os
deseo que encontréis a la persona adecuada para disfrutar de dicho viaje.
Los
amigos son un tesoro, así que trátalos como tal.
Recuerda:
los amigos no se miden por cantidad, sino por calidad.
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