El Grado, esa gran maravilla.
El Grado,
ese gran plan de estudios donde te matas a hacer prácticas (en su gran mayoría
sin sentido) y en el cual el tiempo se ve tan reducido que hay que dar la
materia rápido y mal (en el caso de ser afortunado y que tus profesores no
decidan quitar temas tan importantes como la "Revolución Francesa").
Acabas el
instituto muy ilusionada para encontrarte perdida en una carrera que no es lo
que esperabas. Decidí estudiar Historia pensando que aprendería historia, ¡¡Qué
locura!! Y ahora, terminando ya tercero, lo que he aprendido es que la carrera
es un mero trámite burocrático y social. Si realmente quieres saber, tienes que
leer y leer, y seguir leyendo. Aunque claro, no será durante la carrera,
porque el tiempo escasea entre tanta práctica.
Quién
espere que la universidad sea fiesta y alcohol, que cambie pronto de opinión.
Es cierto que si existe este tipo de vida universitaria, pero si quieres
sacarte la carrera en los cuatro años reglamentarios, olvídate de trasnochar,
de borracheras, de cervezas, de bailes, de conciertos...y asume que la
biblioteca también es un lugar muy divertido dónde puedes hacer esas prácticas
tan divinas, y si te sobra el tiempo, incluso puedes estudiar.
Es
cierto, que te aconsejo que estudies algo que te guste, porque aún estudiando
lo que más amas en este mundo, llegará el punto (y créeme que llegará) en el
que aborrecerás cada palabra que estudias, y sólo pensarás en acabar de una vez
la carrera que una vez empezaste muy ilusionado.
Es
gracioso matarse a estudiar, tener que soportar a esos maravillosos profesores
que hacen tu camino por la universidad mucho más ameno (sarcasmo), acabar todas
las prácticas que te mandan (como un verdadero campeón), dejarte la piel en los
exámenes, acabar los cuatro años de carrera, para al final verte dónde se ven
millones de españoles: en el paro. Es en ese momento en el cual te preguntas
¿POR QUÉ ME HE TIRADO CUATRO AÑOS DE MI VIDA ESTUDIANDO ALGO QUE NO ME VA A DAR
DE COMER? Pues porque eres un romántico/ca y cuatro años atrás decidiste
estudiar lo que más te gustaba. Al principio tenías la férrea esperanza de que
el trabajo como historiador (en mi caso) existía, no querías creer que era una
quimera. Cuando ya vas por el segundo año te dices a ti mismo "¡¡venga que
ya vamos por el ecuador de la carrera!!". Pero es en tercero cuando ya no
te hacen tanta gracia esas asignaturas sin fuste, ni las prácticas abusivas, ni
las notas mediocres después de matarte a estudiar. Te entran los pesimismos y
los pensamientos negativos: "¿Por qué habré estudiado historia?",
"Al menos seré una de las más cultas de la cola del paro...",
"Quién me mandaría estudiar a mi algo tan maravilloso pero con tan pocas
salidas...", "Muerta de hambre pero feliz", y un largo etcétera.
Ante todo
no te desanimes. Estudia lo que te guste, y no te olvides de asumir las
consecuencias.
When the world gets in my face, I say: Have a nice day.
Comentarios
Publicar un comentario